Alexis Rodríguez, especialista en Protección Ambiental del Canal de Panamá y representante de su país ante la Organización Marítima Internacional (OMI), tiene un amplio conocimiento sobre cómo se desarrollan las negociaciones al interior de este organismo. Durante la reciente reunión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 76) fue actor y testigo de las dificultades que se debieron sortear en este encuentro clave para la descarbonización de la industria marítima, dentro del marco de la lucha contra el cambio climático. Al conversar con MundoMarítimo, no dudó en señalar que se trató de "una reunión bastante complicada", característica que se acentuó aún más dado que la pandemia obligó un encuentro virtual que impuso obstáculos como la diferencia horaria y la carencia de espacios tan útiles para este tipo de instancias de negociaciones como los son los encuentros en pasillos, almuerzos, cofee breaks y las reuniones cara a cara entre los participantes que allanan el camino hacia el necesario consenso.

Plantea que este tipo de encuentros tienen dos aristas: la política, que apunta al desafío del cambio climático y la técnica, que es la forma en cómo las industria se las arregla para implementar esos cambios; aspectos que por supuesto pueden tener un desfase. Por ello, al dar su "balance", de lo que fue esta reunión- la cual recibió críticas desde varios sectores, especialmente en cuanto al escaso avance de medidas específica de descarbonización-, Rodríguez afirma que éste más bien depende del punto de vista con que se mire: "Poniendo un ejemplo sencillo: ¿Cómo cambias a un combustible que no existe? ¿cómo implementas un retrofit cuando no tienes la tecnología en los astilleros?", interroga.

Al referirse a las posiciones divergentes de los países menos desarrollados, que plantean la reducción de la velocidad de los cambios que desean imponer los países del primer mundo, Rodríguez destacó que la adopción del Índice de Eficiencia Energética de Buques Existentes (EEXI) y del indicador de Intensidad de Carbono (CII) y el cronograma con las medidas a corto, mediano y largo plazo son medidas que atañen a las embarcaciones. Por lo mismo, recuerda que en el MEPC 73, se implementó una resolución voluntaria, en coordinación con la Asociación internacional de Puertos (IAPH) que establecía guías para que las acciones de este último sector fueran a la par con el de los buques. Considerando lo anterior, señala que el desafío de los puertos e infraestructuras logísticas de la región es ver cómo se adaptan a estas medidas, lo que indica, podría darse en otro foro o quizás, a través de medidas voluntarias, recomendaciones y buenas prácticas. "Creo que como actores debemos ir promoviendo buenas prácticas, tener en cuenta cuáles son esas tecnologías, cómo las vamos a adaptar y cuáles son esas acciones que debemos hacer", lo que se inscribe dentro de lo que califica como "una mirada proactiva" de asumir el tema a diferencia de lo que sería una mirada más bien "crítica".      

En cuanto a las afirmaciones que califican como insuficiente una reducción del 11% en las emisiones del sector para el periodo 2019-2030. Rodríguez, explica que siempre en estas materias se producen "lagunas de cumplimiento" por lo que su adopción requiere de tiempo, como fue el caso de la aplicación de la Normativa IMO 2020: "en el papel podemos poner cualquier compromiso, pero cuando llega la hora de implementar, comunicar, capacitar, llevar ese proceso… es complicado y costoso. En el Canal, por ejemplo, nos tomó un año o implementar IMO 2020".

Antes las opiniones surgidas respecto a que regiones como Europa comenzarán a aplicar estándares propios de descarbonización, con el fin de imprimir velocidad al proceso de descarbonización, pudiendo arrebatar a la OMI el liderazgo que tiene en esta materia, Rodríguez sostiene que desde el accidente del "Titanic" y el inicio del Convenio SOLAS [Safety of Life at Seas,1914], también han existido decisiones regionales y "esto no ha hecho que organismos multilaterales dejen de funcionar", aunque igualmente sostiene que "desde mi punto de vista, creo que hay que defender el sistema global porque es integral". Agrega en todo caso que "no cabe duda de que algunas regiones van a adoptar sus medidas por causas tecnológicas, por presión de financiamiento de la banca y esto será una realidad. Europa, Asia, Estados Unidos o China van a adoptar sus medidas. Cuando hablamos de las ECA [Emission Control Area], de piratería u otros temas técnicos, pasó igual", afirma.

Rodríguez acentúa que la descarbonización es un proceso de largo plazo puesto que va a depender de la tecnología disponible y de que ésta sea económicamente viable para que el consumidor final no vea disrupciones en el mercado y se permita un desarrollo económico global.

En ese plano destaca que el Canal de Panamá se ha propuesto para 2030 llegar a la neutralidad de carbono, lo que esperan lograr con la medición de emisiones (que ya realizan desde 2013), procesos de reducción de emisiones mediante el uso de vehículos eléctricos, proyectos solares y de eficiencia energética, además- lo más fundamental, destaca- mediante la capacitación del factor humano, con el fin que las personas puedan conocer cómo contribuir a este proceso. Esto a su vez está vinculado -explica- con la transformación digital de la organización, lo que ayudará a disminuir las emisiones. En tanto, a mediano y largo plazo se aspira a la transformación de la matriz energética y de los equipos flotantes de la vía acuática.

"El mensaje como Canal de Panamá que queremos enviar a la industria es que podemos tomar el liderazgo en buenas prácticas y con acciones concretas", afirma finalmente.

Por MundoMarítimo