Cerca de 2 años han transcurridos del oficio de la discordia, a partir del cual Aduanas impide aforar cargas limpias en los muelles del puerto de Valparaíso y solamente lo permite en las dependencias de la Zona de Extensión de Apoyo Logístico (ZEAL).

Diciembre 2014. Las primeras reuniones entre la Empresa Portuaria Valparaíso (EPV) y los dirigentes reunidos en la Coordinadora Marítima Portuaria de Valparaíso para resolver el tema fueron dialogantes. La historia reciente era positiva entre ambos, luego de cerrar satisfactoriamente con los estibadores el programa de mitigaciones con motivo de la concesión del Terminal 2 al Grupo OHL.

Hoy, tras el pronunciamiento de tribunales, informes de expertos, declaraciones de todos los actores del sector y políticos nacionales y regionales, interpelaciones airadas,  bloqueos a las operaciones y centenares de artículos de prensa, la disputa se mantiene a alta temperatura. Como un fierro caliente que no se quiere tomar.

Las miradas en ZEAL

Como toda transformación que ha tenido la industria portuaria en Valparaíso, la puesta en marcha de la ZEAL el 2009 no fue un vaso de leche. Los transportistas fueron el grupo más crítico del nuevo modelo logístico propuesto por EPV que les significaba cambios profundos en su servicio. Pero gracias a negociaciones con la autoridad portuaria y el Ejecutivo, los transportistas se sumaron al cambio. No obstante, un tema que perduró con los años fue su rechazo a asumir el costo de los tiempos de espera en la misma ZEAL.

El concesionario de ZEAL, Grupo Azvi, ganó la licitación con una oferta inigualable (pagar a EPV un 101% de los ingresos brutos) para administrar la zona primaria aduanera y explotar una de servicios complementarios. Al transcurrir los primeros meses, el operador logístico no consolidaba su actividad y su arriesgada apuesta del 101% tenía en rojo los balances anuales.

La medida de trasladar exclusivamente a ZEAL el aforo de cargas limpias benefició a la compañía española y a los transportistas. Los primeros ganaron un negocio de cerca de US$ 240 (cifras Cámara Aduanera) por contenedor, mientras que los transportistas dejaron de perder eficiencia por estadías excesivas y a la vez generan un nuevo flete entre la Zona y muelles de atraque.

Esto no debía afectar a otros actores del sector, pues los aforos de la carga no se realizaban en los terminales y no había ninguna participación de los estibadores (salvo una excepción que luego se relata). Antes de ZEAL, esto era desarrollados por “aforistas” o trabajadores extraportuarios en otro lugar del puerto (puerta Varas y luego en sector Barón), quienes mudan su servicio a la nueva área logística y forman las empresas denominadas EMAF.

Una visión compartida

De acuerdo a los análisis de los estibadores, aforar en ZEAL tiene un costo adicional por el flete entre la zona logística y los terminales (que paga el operador) y el almacenamiento y manipulación de la mercadería en dichas dependencias. A esto se sumó el traslado de las inspecciones del SAG, pese a que no existe inconveniente en hacerlo en TPS porque desde su constitución y posterior habilitación como almacenista el año 1999, se encuentra autorizada y habilitada para aforar al interior del recinto concesionado en su favor. Luego, 2014, dispondría de una zona con mayor capacidad.

Trabajadores marítimos portuarios y el operador del Terminal N°1 comparten una misma visión con algunos matices, pero coinciden en que la decisión adoptada el 2014 afecta gravemente la competitividad del puerto de Valparaíso al incorporar un sobrecosto a la cadena logística. A esto se suma que son el único puerto chileno al que se le impida aforar en sus instalaciones.

Richard von Appen, presidente de Ultramar y TPS, en una de sus pocas declaraciones a la prensa, señaló en septiembre 2015 a revista Qué Pasa que “se nos está discriminando para participar en igualdad de condiciones con San Antonio. No queremos que la ZEAL deje de hacer estos servicios, sino que los clientes puedan elegir”. Mientras que en el caso de los estibadores, ellos cifran las pérdidas en 36.000 mil turnos anuales y 125 puestos de trabajo.

Pero si los trabajadores marítimos portuarios no hacían esta labor antes, sino los aforistas, ¿Por qué se habla de una pérdida de turnos? Esto significó que el diputado por la región de Valparaíso y ex director de EPV, Osvaldo Urrutia,  lo catalogara como un conflicto “absolutamente artificial”. Efectivamente, nunca efectuaron esta labor, salvo durante seis meses de forma extraordinaria en un período de alta congestión y movimiento de carga, de acuerdo a sostenido por Felipe Santibáñez, presidente de la Cámara Aduanera, en entrevista con MundoMarítimo en julio 2015. Vieron que era una buena oportunidad de diversificar, mientras que ZEAL lo visualizó como una amenaza a su negocio. ¿Qué ocurrió para detener esto? El oficio de la discordia.

Conforme a los antecedentes aportados por TPS,  EPV,  en junio 2015, ordenó a Aduanas no hacer las labores de aforo/inspección a la carga en el puerto de Valparaíso y a trasladarlas a la ZEAL (Carta GG/073/2015, de 18 de junio de 2015, suscrita por don Gonzalo Davagnino, Gerente General de EPV). Por su parte, Aduanas sólo acató dicha orden y, luego, comunicó a TPS que "por orden de EPV" no podía seguir efectuándose dichas labores en TPS y debían trasladarse a la ZEAL (Oficio Ordinario Nº7167, de 03 de julio de 2015, de Aduanas).

TPS judicializa

Mediante Resolución Exenta N° 2098 de 17 de abril de 2015,  Aduanas  cierra la puerta a las inspecciones fitosanitarias en el Terminal N°1 del puerto. Era un segundo golpe tras la medida de Aduanas con las cargas limpias. Dos meses después, en junio, TPS determina recurrir al Tribunal Tributario y Aduanero (TTA) para levantar la restricción y promover una orden de no innovar. La posición del concesionario apuntó a que tanto los aforos como la inspección fitosanitaria efectuada por el SAG, al menos en su nivel 1, puede realizarse en los recintos portuarios.  A esto se suman dos recursos de protección en contra de la estatal EPV.

TPS sostuvo que el dueño de la carga paga un sobrecosto de CH$120.000 para trasladar cada contenedor desde el puerto a la ZEAL. Si este valor se multiplica por los 16.000 boxes que mueve el año Valparaíso, el sobrecosto para los clientes totalizaba CH$1.920 millones.

El gerente general de la firma, Francesco Schiaffino, señaló que “lo que hay que hacer es sumar uno a uno todos los costos de las alternativas y ver cuál es la más barata. Hoy TPS es más barato en los aforos por contenedor que la ZEAL y ese es un dato duro”.

En el recurso, la compañía del Grupo Ultramar manifestó que esta determinación lesiona gravemente sus derechos y que representa una abierta discriminación al favorecer al concesionario AZVI por sobre TPS, como también una obstrucción a la libre competencia.

Tribunales dan razón a EPV

Primero fue a Corte de Apelaciones de Valparaíso, la cual rechazó en agosto 2015 los dos recursos de protección entablado por TPS, reconociendo el modelo operacional del puerto que considera a ZEAL como el lugar que han dispuesto los órganos de la administración del Estado para la fiscalización de la carga de los terminales de Puerto Valparaíso, “confirmando que la actuación de EPV y Aduana es absolutamente legal, exenta de cualquier discriminación o arbitrariedad”, declaró el vocero de la estatal y gerente de Asuntos Corporativos, Cristian Calvetti.

En una declaración recibida en la redacción de MundoMaritimo, el concesionario catalogó como “falso” lo anterior, “por cuanto si bien los tribunales rechazaron los recursos de protección deducidos por TPS, no se pronunciaron respecto de la legalidad de la actuación de EPV, ni sobre la ausencia de discriminación. Simplemente rechazaron los citados recursos por no ser el vehículo jurídico idóneo para reclamar de la prohibición decretada por EPV para impedir la realización de aforos e inspecciones a la carga al interior del Puerto de Valparaíso.”

A fines del mismo año, EPV obtiene sus segundo triunfo en tribunales con el pronunciamiento de la Tercera Sala de la Corte Suprema, la cual desestimó el recurso de protección interpuesto por TPS contra EPV, ratificando el dictamen que en agosto había emitido la Corte de Apelaciones porteña.

Finalmente, ya el 4 de julio 2016, la Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó la apelación que presentó TPS al fallo del TTA, el cual, en su oportunidad, desestimó el reclamo que realizó en contra Aduanas por vulneración de sus derechos constitucionales.

Movilizaciones

Se pensaba que con el cierre de la arista jurídica, el conflicto llegaría a su fin y las piezas del ajedrez portuario volverían a ordenarse. Pero no fue así. La Coordinadora Marítima Portuaria tomó una posición más dura e inicia movilizaciones que tienen su punto álgido cuando bloquean los accesos al puerto para ralentizar la operación de los cruceros atracados en Valparaíso. Hecho inédito, pues en la historia reciente nunca habían perjudicado el servicio del concesionario TPS. Pero un detalle no menor fue que su acción afectó un negocio que tiene poco valor para los operadores (comparado con un buque de carga), pero alto reconocimiento para la ciudad. Por lo mismo, voces variopintas del mundo empresarial, gremial, político y social criticaron la medida de presión.

Sergio Baeza, presidente de Confederación de Trabajadores Portuarios de Chile (Cotraporchi) y vocero de la Coordinadora local,  declaró a la prensa en febrero pasado que decidieron poner término a la movilización, dado que EPV  se comprometió a iniciar una mesa de trabajo durante los primeros días de marzo y en la cual se abordará “sólo el tema de las cargas limpias, con el fin de buscar una solución”.

También, los dirigentes sostienen una posición tozuda y argumentan que el curso judicial no ha llegado a su fin, pues la Corte Suprema "rechazó el citado recurso de protección únicamente por considerar que no era la acción judicial idónea para reclamar este derecho, pero nunca se pronunció sobre el fondo del asunto y menos ratificó la citada arbitrariedad de la EPV en este tema".

Pese al compromiso de una mesa de trabajo para este mes, la disputa se mantiene con fuerza en los medios de comunicación entre EPV y los trabajadores portuarios eventuales. A esto se suma la distancia entre la autoridad portuaria y su concesionario, quienes no han logrado un punto de encuentro en un momento clave para que los puertos mantengan y proyecten competitividad.

Por MundoMaritimo