"Todo pronóstico a futuro está equivocado" fue la premisa con que partió su exposición "Nueva Normalidad Retos y oportunidades", el secretario general entrante de la Asociación de Estados del Caribe, Rodolfo Sabonge, como parte del webinar "Reflexiones para la nueva normalidad en los puertos de la región", tercera entrega del ciclo "Covid-19 y la industria marítima" que se realiza con motivo de los 18 años de MundoMarítimo, instancia que cuenta con el apoyo de Durán y Cía Abogados y con el patrocinio del Instituto Iberoamericano de Derecho Marítimo y el Centro de Estudios del Mar.

Sin embargo, Sabonge reconoce que "el futuro puede ser influenciado" y que para ello se deben conocer las megatendencias e intereses que puedan incidir en él. Al repasar como evolucionaban estos aspectos, previo a la pandemia, destacó que ya se venían dando complicaciones en áreas como la geopolítica; en la propia industria, con integraciones verticales y horizontales; además de la convergencia de otros procesos como la robotización, la inteligencia artificial y el cambio climático, solo por mencionar algunos.

En el plano geopolítico, Sabonge puso en relieve la irrupción de China. Según detalló, ya en las proyecciones previas a la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) diagnosticaba a China como un poder emergente, lo que en la práctica se aprecia en su enfrentamiento en la Guerra Comercial con Estados Unidos; en la publicitada iniciativa de la Franja y la Ruta que ya ha mostrado su alcance en el mundo y también en nuestro continente con un proyecto portuario en Perú [Chancay] y que según Sabonge puede implicar aún "muchas oportunidades importantes para la región".

El "Cisne Negro"

En medio de este contexto, se dio el surgimiento de la pandemia de coronavirus (Covid-19) que vino a alterar la economía mundial, la oferta y la demanda y con ello, las cadenas de suministro, la logística y transporte y los servicios de carga, además de los servicios de pasajeros y también a las tripulaciones de la flota mercante. Sabonge califica a esta disrupción como un "Cisne Negro", es decir, "un hecho muy poco probable, pero que tiene mucho impacto" y que deja fuera del juego las predicciones lineales hechas a partir de aspectos predecibles, generando escenarios de incertidumbre. "Todas las proyecciones y estrategias que se habían basado en lo que venía dándose son motivos de fracaso", expone tajante.

La pandemia- indica- genera alteraciones e incorpora nuevos aspectos a las megatendencias: prioridad de los sistemas de salud, nuevas reglas y protocolos bio-sanitarios, mayor prioridad a la seguridad alimentaria, posible redefinición en el transporte y las ciudades, cambios culturales y en el ámbito social como los hábitos de consumo, último factor que es el que define finalmente los mercados. "Es lógico que todo lo que veníamos viendo de cómo se compraba y qué es lo que se compraba, va a cambiar", manifiesta.

Impacto en la industria naviera

Sabonge explicó en su intervención algunos cambios observados en áreas de la industria marítimo-portuaria luego del salto al escenario de este "Cisne Negro", a saber: El origen/destino del comercio exterior, sobre todo en los flujos comerciales hacia/desde Estados Unidos-Asia, donde se evidencia un descenso del transporte de carga desde China hacia el país norteamericano, dado que su producción se ha trasladado en parte al sudeste asiático, lo que puede ir en a favor del Canal de Suez y en detrimento del Canal de Panamá, cambiando el eje de trasbordo de carga de la región hacia puertos ubicados más al norte en República Dominicana o Jamaica.

Otro aspecto que menciona es la importancia que adquiere la eficiencia y la productividad de los puertos y la transformación digital. Al ahondar en este último punto proceso destaca que no solo se remite a la implementación de proyectos de tecnología, ya que conlleva a otros aspectos más profundos como cambios culturales e institucionales, cambios masivos en normas, procesos y en las organizaciones, y requiere de una estrecha colaboración de organismo públicos y privados y basarse en estándares internacionales.

También menciona el desempeño financiero, como un factor que ha tenido transformaciones y donde las navieras han mostrado una alta capacidad para manejar las tarifas mediante las cancelaciones de servicios, estrategia que sin embargo no sería sostenible en el tiempo, debido a los costos que implicaría la mantención de activos subutilizados. También ya antes de la pandemia, explica, se venía dando un exceso de capacidad que tiene un impacto en otros sectores como la industria de astilleros y en los financistas de las construcciones.

Sabonge explicó como otro punto destacable, de esta serie de consecuencias los buenos indicadores de los puertos de transbordo situados en Panamá, incluyendo además a Cartagena de Colombia, dado el aumento de los servicios de conexión y feeder, debido a la reducción de servicios directos. Sin embargo, plantea que para este esquema el cambio de sentido de las grandes rutas navegación desde el sudeste de Asia hacia América a través del Canal De Suez es una amenaza, al ampliarse la oferta de puertos transbordo en el Caribe.

Finalmente, se refirió al impacto en la actividad del turismo a partir de la crisis ocasionada en la industria de cruceros, sector que, previo a la pandemia, fue el de más rápido crecimiento, con un aumento de demanda del 20,5%. Sin embargo, producto del Covid-19, la gran mayoría de la flota se detuvo, provocando la devaluación entre un 70 y un 80% de las acciones de las tres más grandes organizaciones de la industria. Esto es significativamente importante, ya que se trata de navieras clientes de muchos puertos, sobre todo del Caribe, donde cada año la industria aporta más de US$2.000 millones, lo que significa para algunas naciones de dicha región hasta el 5,9% de su PIB total.

Por MundoMarítimo