Quisiera en primer lugar agradecer la presencia de nuestros distinguidos invitados que nos acompañan a esta reunión, en que la Asociación Nacional de Armadores, rinde un homenaje a la Marina Mercante Nacional, con motivo de celebrarse mañana, el Centésimo Octogésimo Quinto Aniversario, del otorgamiento de la primera patente de comercio, para  operar una nave mercante enarbolando el pabellón nacional, fecha instituida por el Gobierno como el Día de la Marina Mercante Nacional.

Como en años anteriores, nuestra Asociación aprovecha esta oportunidad para hacer una síntesis sobre la situación de la industria marítima y  los principales temas vinculados con ella, tanto de interés nacional como internacional, teniendo en consideración que se trata de una industria globalizada, ampliamente regulada internacionalmente, y de vital importancia para la actividad económica e industrial mundial.

Normativa Internacional

Después de los trágicos acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001, la comunidad marítima internacional, a través de la Organización Marítima Internacional (OMI), inició un examen a fondo de todas las medidas existentes para combatir los actos violentos o delictivos en el mar.

En diciembre de 2002 se convocó a una Conferencia Diplomática, en donde se adoptaron nuevas disposiciones al Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar, incorporando además el nuevo "Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias". Estas nuevas prescripciones constituyen el ordenamiento internacional que permitirá que los buques y las instalaciones portuarias puedan cooperar para detectar y prevenir actos que amenacen la protección en el sector del transporte marítimo, y para evitar que la navegación se convierta en un blanco del terrorismo internacional.

Las disposiciones adoptadas, que entrarán en pleno vigor a contar del 1 de julio del próximo año, representan un cambio significativo del enfoque a la cuestión de la protección en el sector del transporte marítimo internacional, lo que lleva aparejado una carga adicional para los Gobiernos Contratantes del Convenio, y para las empresas navieras y portuarias que deberán implementarlo, y requerirá además una continua y eficaz cooperación y entendimiento entre todos los actores con responsabilidad en el ámbito de la protección. Nuestro sector se encuentra trabajando en estrecha coordinación con la Autoridad Marítima, para dar cumplimiento oportuno a las disposiciones del Código y del equipamiento de seguridad que deberá instalarse a bordo.

También en el tema de la seguridad, la Organización Internacional del Trabajo incorporó como tarea urgente, la revisión del Convenio sobre los documentos de identidad de la Gente de Mar. Este nuevo instrumento que fue sometido a consideración y adoptado recientemente, satisface las exigencias en materia de seguridad en cuanto a los aspectos físicos del documento para evitar su falsificación, la correspondencia entre su portador y su titular, y de comprobación de identidad estableciendo mecanismos para que los Estados Miembros puedan comprobar la validez de dichos documentos.

A estas medidas se sumarán otras que se encuentran en estudio por la Organización Mundial de Aduanas, y que guardan relación con inspecciones a las cargas que se transportan.

Lo descrito nos indica claramente la preocupación internacional en materias de protección, las que tendrán un alto grado de prioridad, y que una vez en vigor, serán fiscalizadas regularmente por los Estados del Pabellón y por los Estados Rectores del Puerto.

Formación de Oficiales y Tripulantes

La escasez de Oficiales Mercantes a nivel internacional es un tema que en los últimos diez años ocupa una de las prioridades de la  industria marítima. Las últimas cifras disponibles del año 2000 indican una escasez de 16.000 Oficiales, lo que representa un 4% del total, lo que podría incrementarse progresivamente para alcanzar el año 2010 a 46.000 Oficiales, que representan un 12%, a no ser que se tomen las medidas correctivas para aumentar los ingresos a las escuelas formadoras, y retener a los Oficiales que abandonan tempranamente la actividad.

Durante los últimos 56 años, la Escuela Naval "Arturo Prat"  ha sido el principal centro formador de Oficiales Mercantes, y sus egresados han conformado mayoritariamente las dotaciones de la MM, siendo reconocidos nacional e internacionalmente por su excelente formación profesional y valórica.

Por las particularidades de esta industria, por muchos años se ha experimentado una crónica escasez de Oficiales, con las consiguientes dificultades para las empresas navieras para conformar sus dotaciones. Para suplir este déficit se han explorado e implementado en el tiempo diversas soluciones transitorias, que han permitido superar parcialmente las dificultades. En este cometido hemos contado siempre con la comprensión y apoyo de la Autoridad Marítima, que ha aprobado cursos especiales, y la apertura de otras instancias formadoras que han contribuido a los esfuerzos para contar con suficientes Oficiales.

Esta recurrente situación motivó que el año 2000 la superioridad de la Armada resolviera trasladar la formación de los Oficiales Mercantes desde la Escuela Naval a la Universidad Marítima de Chile, dando inicio a este programa el año 2001. La última promoción de Oficiales Mercantes  formados en la Escuela Naval  egresará a fines de este año y el año 2004 lo hará la primera de la Universidad Marítima.

Estamos confiados en este cambio, razón por la cual desde el comienzo hemos comprometido nuestro decidido apoyo a este nuevo programa. En este contexto, y para asegurar el éxito de la formación profesional en la Universidad Marítima, es necesario contar también con la participación y  un decidido apoyo de Instituciones como la Armada de Chile, Colegios Profesionales de la MM, Sindicatos de Oficiales, y otros vinculados con el quehacer marítimo.

Debemos tener presente que los Oficiales que egresen de la Universidad Marítima serán los futoros Oficiales de nuestra MM, y que de su existencia dependerá en gran parte la continuidad  de una flota mercante en el registro nacional.

En cuanto a la formación de Tripulantes de Alta Mar, la Asociación ha participado desde la creación de la Escuela de Tripulantes el año 1966, en diferentes proyectos de apoyo y colaboración con dicho establecimiento, que se ha ganado el reconocimiento de las autoridades educacionales por su excelencia docente y por la formación valórica que entrega a sus alumnos.

A contar del año 2001 se estableció un sistema de becas en la Universidad Marítima de Chile para los mejores egresados de la Escuela, que continúan sus estudios para obtener sus títulos de Oficiales de Marina Mercante. Los resultados a la fecha son alentadores, por lo que continuaremos desarrollando iniciativas que permitan a otros egresados de la Escuela seguir el mismo camino.

En conjunto con el proyecto de infraestructura que se encuentra impulsando la Escuela para cumplir con la jornada única, estamos estudiando la posibilidad de construir un internado que permita ampliar la oferta de cupos a nivel nacional, en particular para jóvenes de la zona Sur-Austral.

Transporte Marítimo

Durante el año 2002 el comercio mundial mostró un crecimiento moderado con una tendencia a la recuperación de un largo período recesivo. Pese a los anterior se mantiene una sobreoferta de buques y fletes deprimidos.

Las cargas contenedorizadas mantuvieron su dinamismo y crecimiento acelerado que alcanzó a un 7% respecto al año anterior, mientras la flota lo hizo a un 9%, alcanzando una capacidad instantanea de 6,5 millones de TEU distribuidos en 3.700 buques porta contenedores.

Por su parte el comercio exterior chileno por vía marítima alcanzó a 53,7 millones de toneladas el año 2002, con un crecimiento de un 2,6% respecto al año anterior.

Nuestra Asociación participó junto a la Corporación Nacional de Exportadores en la elaboración de una Estrategia Exportadora País, que permita corregir los problemas detectados en la institucionalidad vigente, y dar un nuevo impulso a este sector que representa más del 50% del Producto Interno Bruto y que actúa como el motor de la economía. Se pretende crear una mentalidad exportadora, y en definitiva aprovechar de la manera más eficiente los diferentes acuerdos comerciales suscritos por Chile.

Estos acuerdos constituyen una oportunidad para el país, y sus efectos se reflejarán en los diversos ámbitos de la actividad nacional. En cuanto al transporte marítimo debieran incrementarse las cargas con nuestros principales socios comerciales, y en especial con aquellos países que integran esta red de tratados y acuerdos de libre comercio. Sólo en el caso de los Estados Unidos se estima que las exportaciones pueden crecer un 18% en los próximos cinco años.

Nuestro comercio exterior por vía marítima se encuentra atendido por un número importante de servicios de línea y especiales, que ofrecen alternativas adecuadas para el transporte de bienes a todos los destinos del comercio. Gracias a los avances tecnológicos en el diseño y tamaño de las naves, estos servicios se ofrecen a bajos costos, lo que ha permitido que los productos de exportación alcancen los mercados de destino en forma competitiva.

Los Navieros Nacionales nos encontramos preparados para enfrentar estos nuevos desafíos, y son varios los proyectos de construcción naval y renovación de flota emprendidos por las empresas navieras chilenas para participar activamente en estos nuevos desafios para cubrir los nuevos mercados, ofreciendo servicios competitivos y de primera calidad al comercio exterior.

En cuanto al cabotaje, el tonelaje transportado alcanzó a 11,5 millones de toneladas, de las cuales los graneles líquidos y sólidos representan el 90% y las cargas generales sólo el 10% del total.

Quisiera detenerme en el tema del cabotaje de carga general, que ha tenido un lento crecimiento en los últimos años, pese a los esfuerzos realizados por el sector naviero para aumentar la participación en este transporte interno.

Las características geográficas de Chile y distancias que deben recorrer las cargas que se transportan hacia y desde los extremos del país, indican que el medio marítimo debiera ser el más conveniente y económico, lo que en la práctica no ocurre, por las distorsiones que se producen entre los diferentes medios, en donde el terrestre y ferroviario gozan de subsidios directos e indirectos que les permiten no asumir los costos reales, desviando cargas que de otro modo y en una competencia sana se transportarían por el medio marítimo.

Esta situación le reporta grandes costos al país en mantención de infraestructura carretera, además de las derivadas de las externalidades negativas como los accidentes, congestión y contaminación.

La flota que actualmente navega bajo el registro chileno está empleada principalmente en el cabotaje, entregando servicios oportunos y confiables a los usuarios y fletadores. En estas naves se da empleo a la mayoría de los Oficiales y Tripulantes de la Marina Mercante, participando además un número importante de profesionales y Técnicos en labores de apoyo, mantención y administración.

Por lo anterior resulta paradojal, que la reserva al cabotaje, consagrada en las legislaciones de la mayoría de los países, y que en el nuestro opera en forma condicionada a la existencia y costo de los servicios, se vea reiteradamente amenazada con intentos de apertura, impulsada por personas y autoridades que desconocen los temas marítimos.

La apertura del cabotaje pondría en peligro la existencia de una Marina Mercante Nacional y los empleos asociados, como también la seguridad de disponer de una flota con bandera nacional para hacer frente a emergencias, o situaciones internacionales que podrían afectar la oferta de servicios a nuestro comercio exterior.

Pese a la apertura fraccionada del cabotaje decretada para Arica el año 1996, y la posibilidad de utilizar las naves de servicios regulares extranjeras, cuando no hay naves nacionales disponibles, estas no se utilizan, por cuanto los costos asociados al movimiento de las cargas marítimas superan a los del transporte terrestre. Lo anterior nos indica que la solución no está en la apertura, sino en crear las condiciones para una competencia justa, donde cada modo asuma los costos reales, y se actúe complementariamente.

Deseamos denunciar este hecho, que hemos representado reiteradamente a las Autoridades, proponiendo soluciones correctivas, que permitirían una mayor participación y desarrollo del cabotaje de carga general, con claros beneficios para el país y para la Marina Mercante Nacional.

Palabras Finales

Por último quisiera hacer llegar un especial saludo a todo el personal que se desempeña en actividades vinculadas a la Marina Mercante, tanto a bordo como en tierra, con un especial reconocimiento por su silenciosa y abnegada contribución al engrandecimiento marítimo de Chile.

Deseo también reiterar nuestras felicitaciones a los Oficiales y Tripulantes que recibieron distinciones este año, y nuestro profundo y sincero agradecimiento a la Escuela Naval Arturo Prat, por su compromiso, esfuerzo y dedicación desplegados en la formación de los Oficiales Mercantes por más de medio siglo.

Discurso realizado el día 25 de Junio 2003 en el Club Naval de Valparaíso