Críticas al mecanismo de las "nombradas" para designar turnos por sindicatos

Los puertos, que hoy están en primera plana por el paro que completó 15 días desde que se inició en San Antonio y que paulatinamente se ha ido extendiendo hacia otros terminales del país, tienen un sistema de trabajo bien particular.

La mayoría de sus trabajadores (se estima que una cifra cercana al 80%) son "eventuales"; es decir, no tienen contratos de planta porque, como el tráfico de barcos cargueros no es constante, no es necesario ni económicamente eficiente tener una dotación de personal permanente.

Hasta antes de que se promulgara la ley 18.020 de 1981, los trabajadores tenían una matrícula que les daba derecho a trabajar, y como todos los puertos estaban en manos del Estado, se entendían con los sindicatos para que estos les proveyeran funcionarios de acuerdo a las necesidades de cada barco que atracaba. Es lo que se conoce como "la nombrada" y que, en algunos terminales como Puerto Central de San Antonio, se utiliza hasta hoy.

Funciona así: cuando llega un buque, la concesionaria se contacta con la Federación de Trabajadores Portuarios. Ahí existe un "nombrador general" que recibe el pedido y luego se contacta con cada uno de los sindicatos para convocar a los especialistas necesarios: supervisores, operadores de grúa, movilizadores, etc. Para que todos tengan las mismas oportunidades de trabajar, existe un sistema de rotación llamado "redondilla".

"La mayoría de los trabajadores trabaja turno por medio -en el día existen 3 turnos de siete horas y media cada uno- para hacerse un sueldo promedio de entre $500 mil y $600 mil. Los operadores de grúa, que son menos, tienen turnos más seguidos y pueden ganar desde $800 mil hasta $1.300.000 cuando hay mucha carga", explica el vocero de la federación, Sergio Vargas.

Sin embargo, este mecanismo es fuertemente cuestionado por las empresas, pues aseguran que permite a los dirigentes sindicales presionar a los trabajadores para que los apoyen, por ejemplo, en sus convocatorias a paro. Dicen que a quienes discrepan con las cúpulas son excluidos de la "redondilla" y así se les castiga dejándolos sin trabajo y que a los más cercanos o a los propios dirigentes y sus familiares, les tocan turnos más frecuentes o los mejor pagados, como los de fin de semana (sábado y domingo se paga un "premio" de 50%) o el que se realiza entre 23:00 y 06:00 AM (que tiene la misma bonificación).

El vicepresidente de la Federación de Trabajadores Portuarios de Iquique y vocero de la Unión Portuaria de Chile, Joan Parra, afirma que sólo se "castiga" cuando existe mal comportamiento: "Se suspende a quien es designado para efectuar un turno y no llega o a quien se atrasa en las cuotas sociales del sindicato", explica.

Vargas desmiente que esta potestad sea usada como mecanismo de coerción hacia los trabajadores disidentes y para beneficiar a dirigentes y sus familiares. "Si pide un registro de nombradas, se dará cuenta que hay trabajadores que hacen muchos más turnos que yo", se defiende.

Empresas ofrecen contratos

Un periódico de circulación nacional tuvo acceso en forma parcial a uno de estos registros y aunque efectivamente no era el único, Vargas y un sobrino suyo aparecían entre los trabajadores con más turnos durante el año pasado.

"Mi sobrino es un operador de grúa y si compara con otros operadores, verá que hay quienes tienen más turnos que él", insiste.

Sin embargo, reconoce que "es una realidad que quien tiene la nombrada, tiene la manija en los puertos (...) Las empresas dicen que nosotros las tenemos cautivas con la nombrada, pero no se la vamos a entregar porque es la única arma que hoy tienen los trabajadores para negociar. Trabajador que pierde la nombrada, le pasa lo que a estos viejos: las empresas los manejan y hacen lo que quieren con ellos. Acá no pueden hacerlo", advierte Vargas.

El gerente general de Puerto Central, Rodrigo Olea, es enfático para señalar que "no está bien que funcione de esa manera. La empresa tiene que tener un grupo de trabajadores, así como los tienen muchos otros terminales de Chile".

¿Eso podría cambiar si se les ofreciera contratos de planta a los trabajadores?
"Desde abril que le hemos ofrecido a la Federación contratar un primer grupo de 60 trabajadores (de un total de 250 trabajadores eventuales). La Federación nos ha manifestado en reiteradas oportunidades que la gente no tiene interés de contratarse, pero no nos han dicho por qué y nosotros sí sabemos que hay gente a la que le gustaría".

¿Entonces por qué no los contrata?
"Porque si lo hago, nos enfrentamos a un riesgo de paro. Desde que iniciamos la concesión, en noviembre de 2011, hemos enfrentado al menos 8 paralizaciones mayores y menores".

El gerente general de STI, Alberto Bórquez, que también opera en San Antonio, afirma que su empresa tiene abierta una oferta para dar contratos permanentes a 300 de sus trabajadores eventuales (de un total de 450) y anticipar parte importante de sus remuneraciones al primer mes de firma del contrato.

"Ojalá se regulara el tema y nos contrataran a todos los trabajadores portuarios de Chile, pero eso depende de las condiciones de esos contratos y a cuántos van a contratar. Porque si van a hacerlo para quebrar a los sindicatos, por supuesto que al resto no le va a convenir", asegura Vargas, a quien Bórquez califica como "un dirigente que está incitando a la paralización de este puerto 2 ó 3 veces al año".

Para evitar represalias, los trabajadores descolgados del paro, entran al puerto escondidos o en buses con custodia policial. Incluso un operador de grúa que accedió a conversar anónimamente y por teléfono señaló estar trabajando "encapuchado" para impedir ser reconocido por los adherentes a las movilizaciones. "Dentro de los recintos hay gente que hace otro tipo de faenas que nos conoce. Además hay gente mirando desde afuera hacia acá", dice el funcionario.

El ¿mito? de los "medios pollos"

"Antes de 1981 los trabajadores negociaban con la Cámara Marítima, que era la representante de la patronal. Con ellos llegaban a acuerdos nacionales y las condiciones de trabajo eran mucho mejores que las que existen hoy", explica Vargas.

Tan buenas eran las condiciones en esa época que otros dirigentes aseguran que daban para alimentar hasta tres familias con una sola matrícula de trabajador portuario.

¿Cómo? Con lo que se conocía como el "medio pollo", trabajadores "arrendaban" sus permisos a terceros para que realizaran su turno a cambio de dinero. Incluso es vox populi que además existía el "cuarto de pollo", persona a la que se le subarrendaba la matrícula para entrar al puerto a trabajar.

Hoy esa práctica, que Vargas califica de mito, ya no existe desde que el sistema de matrículas fue abolido y en su reemplazo se instauró un carné rojo que es fiscalizado por la Directemar para que quien entra a los puertos sea exclusivamente el titular del documento.

Críticas a nombramientos

El vicepresidente de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport), Rodolfo García, criticó los vicios que han surgido en el sistema de "nombradas" que opera en los puertos y que está vinculado a los requerimientos de trabajadores que hacen las empresas concesionarias de los terminales a las federaciones sindicales, para diversas faenas.

García indicó que algunos sindicatos han impuesto por la fuerza -mediante paros- ser ellos los que designan a las personas para que cubran dichos trabajos. Esto, indicó, convierte a los "nombradores" -generalmente los líderes sindicales- en actores con mucho poder.

"Cuando los sindicatos logran imponer que ellos eligen a los trabajadores, estamos en el comienzo del fin", sostuvo. Añadió que "si el dirigente sindical selecciona quién va a la faena, luego será él quien la organizará. Rechazamos profundamente ese sistema de nombramientos".

¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Donde los sindicatos tienen la 'nombrada' es porque simplemente se la han impuesto a la empresa por la fuerza. Existen algunas firmas que han cedido a la presión, pero la mayoría de las compañías hasta ahora la mantienen. El día en que todas las empresas pierdan las 'nombradas', vamos a estar en un mundo controlado por los dirigentes sindicales. A nosotros nos parece una sistema inaceptable.

¿Cuál es la solución o lo que deben hacer las firmas portuarias?
Lo que deben hacer las empresas es pedirle al sindicato, con nombre y apellidos, los trabajadores que necesitan, que las compañías los elijan. Se puede tener un convenio de provisión de puestos de trabajo con diferentes sindicatos, pero decirles que quieren a determinadas personas para ciertas labores.

¿Existen trabajadores eventuales que se suman a los paros por temor a que, si no lo hacen, luego no los consideren para faenas?
Ese es un temor que siempre existe. Un dirigente sindical cuando tiene el control de la 'nombrada' tiene el poder de sancionar a aquellos trabajadores que no hayan seguido el camino que él quería.

Pero el derecho esencial del empresario es seleccionar con quién trabaja. Cuando usted no puede elegir, como ocurría en 1981, y el sindicato decide quién y cuántos van al trabajo, se pierde el control sobre los costos.

¿Cualquier persona puede ser un trabajador eventual?
Los trabajadores tienen un permiso que es fácil de obtener, que dice que tiene ciertos conocimientos básicos de seguridad. Los sindicatos siempre han aspirado a manejar la 'nombrada', es un triunfo cuando lo logran porque consolidan al dirigente sindical.

¿Ve alguna solución al paro?
Es un tema bastante difícil, porque el señor Sergio Vargas (dirigente sindical de San Antonio) está exigiéndole al Gobierno una deuda que no existe y que él solo la ha inventado. La retroactividad del pago de la colación nadie se la ha prometido, como dice que lo hizo la ex ministra Evelyn Matthei, jamás. Eso va contra todas las instituciones chilenas respecto de qué es retroactivo. Él se ha dirigido al Gobierno y coloca un tema político. Lamentablemente, a los trabajadores cuando se han puesto en contra de los gobiernos les ha ido bien y han obtenido dinero.

Nuestra imagen de país confiable, de proveedor, va disminuyendo y aún tenemos un capital contra el cual girar, pero se nos va acabando. (...) Si no somos capaces de llegar con la carga a tiempo, si los puertos chilenos siguen igual, los armadores van a subir las tarifas por el riesgo de tener que dejar sus buques esperando por días.

Los puertos chilenos no pueden estar sujetos al capricho de un dirigente. Hay que abrir mesas de negociaciones, pero cuando se levante el paro.

Fuentes: La Segunda y El Mercurio, Santiago