Salmoneros jugando de visita

La industria salmonera chilena enfrenta un nuevo y complejo problema, el cual requiere una reacción de país, debido a la gravitación que tiene el sector en el bienestar de miles de personas.

Una nueva batalla está enfrentando la industria salmonera nacional, desde que productores escoceses e irlandeses presentaran recientemente una acusación de dumping frente a la Comisión de Dumping de la Unión Europea (UE).

No entendemos por qué los países antes señalados desean castigar al salmón chileno que hoy envía salmón congelado en un porcentaje que ni siquiera supera el 5% de este tipo de producto comercializado en Europa; por cuanto el 90% restante corresponde al salmón fresco que se cultiva en sus mismos territorios y que consume la propia comunidad europea.

¿Por qué se presenta la acusación ahora que estamos a puertas de firmar una tratado de libre comercio con los quince países miembros de la UE? La respuesta es sencilla, ya que demuestra claramente un proteccionismo de ambos países frente a la eficiencia de la producción de salmón cultivado en Chile.

En este sentido, vemos que cada vez es más necesario conocer los mecanismos de protección comercial que instaura cada país al que estamos exportando nuestros productos chilenos, y por sobre todo, tener una claridad sobre el accionar de la resolución de conflictos, en instancias como las acusaciones de dumping y otras medidas injustificación.

Chile sólo cuenta con quince millones de potenciales consumidores, por lo que es considerado aún un mercado pequeño y, en tal caso, los empresarios hacen grandes esfuerzos para lograr colocar sus productos en el extranjero, cumpliendo las exigencias en calidad, seguridad alimenticia, aspectos sanitarios y otros necesarios para ingresar a dichos mercados.

En el caso de las uvas, las frambuesas, los champiñones y los salmones, comprobamos que la lista de productos que han sido atacados por medidas proteccionistas aumenta día a día.

¿Quién le asegura a ese pequeño o grande empresario que tiene en mente una inversión a largo plazo, que no será atacado por medidas injustificadas o proteccionistas?

Por este motivo, así como lo señaló el Ppresidente Lagos durante la inauguración de la piscicultura de Landcatch Chile en la Novena Región, esta acusación de dumping se debe enfrentar como país. Del mismo modo, la autoridad lo reiteró esta semana en la Región de Aysén, en su visita a la empresa salmonera Friosur, llamando a formar alianzas entre el sector público y privado.

Si bien esta acusación puede definirse como un conflicto entre empresas privadas, no es menos cierto que los tratados de libre comercio los firman los gobiernos con la aprobación del poder legislativo, lo que significa que en el fondo están representado a los productores nacionales.

Por todo lo anterior, hacemos un llamado de participación conjunta para rebatir esta tesis acusadora que fue interpuesta por un grupo minoritario de empresas que sólo representa el 11% de la producción de ambos países.

¿Cuánto podría dañar esta acusación de dumping a la industria local?. En términos económicos aún no es calculable, sin embargo la tendencia de consumo de salmón en Europa proyectaba una apertura de mercado en dichos países que difícilmente se logrará si se acepta la acusación. Lo anterior porque la Unión Europea revisa sus fallos cada cinco años y aplica un precio mínimo límite de venta al producto determinado o una tasa arancelaria que podría llegar a un 32%, a diferencia de Estados Unidos que revisa anualmente los fallos y modifica las tasas arancelarias fijadas, según los resultados de las inspecciones.

En términos de empleo, se estaría hipotecando el futuro de nuevas plazas de trabajo que se pudieran ir generando. Según los mismos representantes de trabajadores de la industria, quienes expusieron ante el Congreso, existe la conciencia que hay materias por avanzar en la relación entre empleador y empleado, sin embargo esto se arregla en casa. En este discurso, los trabajadores sostuvieron también que no se trata de la defensa de algunas empresas sino, lo que se trata de defender es una actividad industrial que ha sido responsable de cambios importantes en el desarrollo de la zona sur del país, como también el generador de oportunidades de empleo más estables en sector urbanos y rurales.

Si se acepta la acusación sobre el salmón chileno, el juicio podría demorar más de quince meses, lo que claramente implica una orientación de esfuerzos, económicos, humanos, legales de la industria salmonera nacional. Todo esto, jugando de visita contra una legislación hecha para apoyar a los acusadores.

Se valora positivamente el apoyo otorgado por diferentes instancias políticas y el interés generado en el Parlamento por conocer la naturaleza de la acusación y propiciar una delegación que acompaña al equipo representante de la industria salmonera chilena que se encuentra actualmente en Europa.

Finalmente, cabe hacer presente que en el tratado con la UE fue abordada la resolución de conflictos como un ítem de gran importancia en la negociación, por cuanto nos enfrentamos a un sistema bastante más poderoso y en el caso que la comisión estime válida la tesis de productores irlandeses y escoceses, implicaría un costo en defensa y estudios difícilmente abordables.

Ya tenemos la experiencia de 1997, cuando productores de los Estados de Maine y Washington acusaron a la industria nacional de competencia desleal. En dicha ocasión, sólo en materia de abogados durante la primera revisión la industria tuvo un costo de 5 millones de dólares.

Somos un país pequeño, lejano de mercados importantes, no muy conocido, pero hemos hecho las cosas bien y esa eficiencia ha sido reconocida a nivel mundial. Somos el segundo productor de salmón cultivado en el mundo y pudiéramos llegar a ser los primeros, pero parece que cuando destacamos en alguna actividad, no falta quien nos impone obstáculos.

Pero ante grandes problemas deben crearse grandes soluciones y de ellas debemos participar todos. El salmón no es sólo un pez, es una asociación de personas , actividades, cultura, debate, proyectos, inversiones, educación, y tantas otras formas de crecimiento que giran con la energía del cultivo del salmón.

Fuente: El Llanquihue de Puerto Montt