DNV GL: Perspectivas de la industria del petróleo y el gas para el hidrógeno

El futuro de la energía por hidrógeno está envuelto con el futuro del gas natural, la energía renovable, y la captura y almacenamiento de carbono (CCS). Según una encuesta realizada por DNV GL a más de 1.000 profesionales del alto nivel de la industria de petróleo y el gas, se está estableciendo un futuro más seguro para el hidrógeno. Asimismo, estiman que ya es el momento de comenzar a avanzar en esa dirección.

A nivel mundial se ha planteado la necesidad de actuar rápidamente para luchar contra el cambio climático, por medio de compromisos y objetivos de cero emisiones de dióxido de carbono (CO2). De acuerdo con el reporte de DNV GL, la industria del petróleo y el gas ha captado un giro hacia la energía de bajo carbono en los últimos años. No obstante, los resultados de la encuesta corresponden a períodos anteriores a la pandemia del coronavirus (Covid-19), cuando no existía una crisis por la demanda mundial de petróleo. Esto ha llevado a los operadores de petróleo y gas a recortar gastos y reducir los costos de operación.

Pese a ello, todo indica que sus intenciones para un futuro con bajas emisiones de carbono siguen en pie. De hecho, algunas grandes petroleras como BP y Shell ya lo confirmaron: la transición a la energía limpia es un proyecto de varias décadas de duración y el hidrógeno tiene un papel cada vez más importante que desempeñar.

El informe de DNV GL da cuenta de que el hidrógeno ha subido en la lista de prioridades de muchas organizaciones petroleras y de gas. Uno de cada cinco (21%) de los profesionales encuestados a fines de 2019 dijo que su organización ya estaba entrando activamente en el mercado del hidrógeno. Proporcionalmente, el doble de ellos dijo que su organización tiene la intención de invertir en hidrógeno en 2020. Además, el 52% de los encuestados dijo que esperan que el hidrógeno sea una parte significativa de la mezcla de energía en solo 10 años.

En la actualidad el uso del hidrógeno como portador de energía está en sus inicios y debe ampliarse antes de que pueda desempeñar un papel significativo en el sistema energético mundial.

Del hidrógeno gris al verde

El hidrógeno puede ser producido de varias maneras, pero si se pretende ayudar en la batalla contra el cambio climático, el proceso debe ser descarbonizado. Para lograrlo el objetivo es el uso del hidrógeno verde.

Hoy en día, los métodos más utilizados son el hidrógeno gris y marrón. El primero se produce a partir de gas natural en un proceso llamado reforma del metano de vapor. Mientras que el segundo se produce a partir de la gasificación del carbón. Ambos son relativamente baratos, pero emiten grandes cantidades de CO2.

El hidrógeno azul se produce a partir de combustibles fósiles. Con abundante gas natural y carbón disponible podría ayudar a escalar la economía del hidrógeno. Sin embargo, esto depende de una adopción más amplia de la CCS.

El hidrógeno verde se produce por la electrólisis del agua y el proceso es alimentado por electricidad de cero carbono. Es limpio, pero muy caro. Se espera que el costo disminuya en la próxima década, haciendo más viable el hidrógeno verde, que es la forma ideal a largo plazo y con bajo contenido de carbono para producir hidrógeno.

El vicepresidente de Estrategia Corporativa y Desarrollo de Negocios de Gasunie, Hans Coenen, sostuvo que "en última instancia nos moveremos hacia una economía verde del hidrógeno. Pero estamos convencidos de que solo se puede dar el paso hacia el hidrógeno verde a través del hidrógeno azul primero (…) Esto se debe a que, siendo realistas, solo se puede ampliar a grandes volúmenes y grandes infraestructuras con hidrógeno azul, por lo que puede crear un mercado lo suficientemente grande como para pasar al hidrógeno verde con mayor facilidad en el futuro".

Facilitadores de la economía del hidrógeno

Para llegar a la etapa en que las sociedades y la industria puedan disfrutar de los beneficios del hidrógeno a escala, todos los interesados deberán centrarse en cuatro facilitadores: seguridad, infraestructura, tecnología CCS y políticas.

- Seguridad: El hidrógeno se enciende con muy poca energía y tiene un amplio rango de inflamabilidad en relación con otras alternativas. Además, su comportamiento de dispersión es diferente al de otros gases, es incoloro, insípido e inodoro. Esto quiere decir que se necesitan sensores específicos para detectarlo. Para que el hidrógeno obtenga una amplia aceptación y adopción la industria y los reguladores tendrán que establecer normas de seguridad sólidas para cada caso de uso específico.  

- Infraestructura: El costo y los desafíos técnicos de la infraestructura del hidrógeno serán significativos. Incluso en los casos en que la infraestructura existente pueda ser reutilizad quedarán detalles que resolver, como las distintas presiones o velocidades de uso, posibles efectos adversos en distintos materiales y la necesidad de convertir o reemplazar aparatos. Según el Consejo del Hidrógeno, se necesitarán cerca de US$280.000 millones de inversión mundial de aquí a 2030 para que el hidrógeno desempeñe plenamente su función en la transición energética.

- Tecnología CCS: La producción a escala de hidrógeno azul depende del uso a escala de la tecnología CCS. Sin embargo, la base de datos CO2RE21 del Instituto Mundial de CCS muestra solo 23 instalaciones de CCS a gran escala en funcionamiento. La Perspectiva de Transición Energética 2019 de DNV GL pronostica que las CCS solo comenzará a escalar en la década de 2040, cuando los precios del carbono comiencen a acercarse al costo de implementación de la tecnología. La CEO del área de Petróleo y Gas de DNV GL, Liv Hovem, comentó que "la adopción a gran escala de CCS puede ocurrir si los responsables de las políticas toman decisiones audaces, los tipos de decisiones audaces que estimularon otras tecnologías limpias como la solar y la eólica".

A pesar de ello, las cosas han ido avanzando en el último año. El director general del Centro Tecnológico de Mongstad, Ernst Axelsen, aseguró que "el interés que estamos viendo está cambiando, con muchas organizaciones ahora ansiosas por usar CCS. Siempre ha habido interés, pero ahora las organizaciones están analizando más a fondo la tecnología y los modelos empresariales, pasando de debates más centrados en los principios a hablar de soluciones prácticas y su aplicación".

- Políticas: El cambio de política será vital para que el hidrógeno alcance su potencial como portador de energía, por ejemplo, a través del impulso de la adopción de la CCS a gran escala. DNV GL estima que para ello es fundamental establecer un marco de precios del carbono pertinente a nivel mundial. Además, si el hidrógeno se va a introducir más ampliamente, es necesario que las políticas públicas y las estrategias empresariales se alineen. Esto incluye el apoyo a las aplicaciones en el transporte, los hogares y las fábricas, así como en la generación y el almacenamiento de energía.

La vicepresidenta ejecutiva de Nuevas Energías de Shell, Elisabeth Brinton, reconoció que el hidrógeno es algo que les entusiasma y que ven su verdadero potencial. Sin embargo, es muy intensivo en capital. "Aquí es donde necesitamos realmente que los gobiernos trabajen juntos (…) y ofrecer una política de descarbonización muy clara y definitiva. Eso le da la seguridad necesaria para poder invertir más fuertemente", concluyó.

Por MundoMaritimo