Bahía de Concepción interesada en convertirse en centro logístico del Cono Sur

La Región del Biobío está dedicada a convertirse en un área logística a semejanza de Hong Kong, y tiene en la mira canalizar una parte del comercio internacional de China y Argentina. También busca poder exportar la producción industrial y silvoagropecuaria de la Séptima hasta la Décima Región. De lograrlo, será la materialización de un sueño acariciado hace 5 años.

Por el momento, hay mucho empeño y trabajo gris por parte de la regional de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), los Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) y la Inmobiliaria Parque Andalién (IPA), cuyos frutos todavía no están del todo maduros. En otras palabras, se cuenta con la ubicación de los terrenos donde estará la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), la Ruta Interportuaria aledaña y un borrador prospectivo de inversiones, del que se espera el visto bueno de la Dirección Nacional de la Corfo.

De ser aprobado el documento, se contrataría una asesoría española, por el conocimiento que se tiene en ese país en la creación de áreas similares (Castellón, Alicante, Valencia y, especialmente, Barcelona), y se realizarían dos misiones, en marzo y julio del año entrante, para atraer inversiones y negocios de Guangzhou, Seúl, Shangai y el propio Hong Kong.

De esta manera es que comienza a materializarse el proyecto de la plataforma logística. Y pese a que nada hay tangible en ese lugar, anecdóticamente un gestor de inversiones de Santiago oyó hablar de la plataforma y llegó a Concepción dispuesto a comprar un pedazo de esa área para la instalación de tres empresas manufactureras. Pero se encontró con una marisma.
    
Área estratégica
    
La superficie que ocuparía la Zal está ubicada en el borde costero de la bahía de Concepción, en terrenos de Isla Rocuant y Fundo Los Budes, que por ahora son 800 hectáreas sin ninguna transformación. Sin embargo, es un área de proyección estratégica, colindante con un aeropuerto que puede ampliarse para uso de carga, una Ruta Interportuaria, una línea férrea y la cadena de puertos de Lirquén, Penco, Talcahuano, San Vicente y Coronel.

“Por su ubicación, y porque el mercado así lo indica, es que estamos trabajando en hacer realidad el proyecto de la Zona de Actividades Logísticas”, afirma Luis Vergara, de la Agencia de Promoción y Atracción de Inversiones, de la Corfo regional.

El asesor urbanista de la municipalidad de Concepción, Sergio Baeriswyl, precisa que en el Plano Regulador Metropolitano se reservó el uso del suelo del área indicada, para levantar ahí la plataforma logística.

De las 800 hectáreas, de propiedad de Ipa y Asmar, sólo se utilizarían 100, como máximo, para construir la ZAL, mientras el resto será área de preservación de la flora y la fauna. “Este es un proyecto de largo aliento que debe convocar a todos los privados de la región relacionados con el comercio internacional, pero sobre todo necesita un fuerte apoyo gubernamental para tener éxito”, explica el gerente de IPA, Fernando Carrasco.

“No es un proyecto inmobiliario, ni queremos un desarrollo desordenado”, acota el gerente del proyecto en Asmar, Oscar Manzano, quien reafirma la vocación regional que deben tener esos terrenos.

“En lo que estamos trabajando es en que la Región del Biobío sea ‘la’ plataforma logística del comercio internacional de Chile y de otros países, en especial China, además de unir el Atlántico y el Pacífico a través de Argentina”, añade Vergara.
    
Estudio eje
    
Pese a todas las buenas intenciones, apenas se comienza a caminar hacia lo que pretende ser un territorio de actividad logística, que pueda ofrecer los servicios que exige el comercio internacional, como áreas de bodegaje, bancos, acceso aéreo y terrestre, transacciones y despachos telemáticos, aduana, almacenes de depósito, enclaves industriales y de ensamblaje, comercializadores y mano de obra disponible. “Una especie de mall para el comercio internacional”, grafica Baeriswyl.

Un mall como Hong Kong, que hoy es un puerto que moviliza cerca de 350 mil millones de dólares y mueve más de 20 millones de contenedores al año. El más reciente reporte indica que entre abril y junio de este año creció 6,8 por ciento. Pero para llegar a este punto, Hong Kong tardó mucho más de una década.

Sin embargo, esto no fue lo que vieron, al comienzo, los consultores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción y del Centro de Estudios del Area Marítimo Portuaria, cuando les preguntaron si era posible una plataforma logística. Su respuesta fue “No”.

El desolador diagnóstico no fue caprichoso. Los consultores, encabezados por Solange Loyer Correa, se abocaron a escudriñar los registros de Aduanas que contenían 7 mil productos en el universo arancelario, y acotaron los 321 que tenían mayor movimiento. Encontraron que la cantidad de productos exportables era poca, y se trataba principalmente de materias primas y de poco valor agregado. Total, “no se detectaron grandes oportunidades”, y las pocas que se vieron, “no en la cantidad que justifique una zona de actividades logísticas”.

De manera tajante se dijo: “La Región del Biobío no presenta grandes ventajas competitivas frente a su principal competidor (zona central del país), para la creación de una gran zona de actividades logísticas”.

Sin embargo, hicieron varias recomendaciones que resultaban cruciales. En particular, una política con incentivos no sólo administrativos, sino también productivos y de largo plazo. Y plantearon crear ventajas competitivas, mediante la atracción de inversionistas y un proceso de asociatividad de los actores comerciales de la región.
    
Palabra clave: asociatividad
    
La lectura que la Corfo le dio al pronunciamiento de los consultores fue que, “como sistema portuario, somos más importantes que San Antonio, y dado el posicionamiento de Chile podemos sustentar una triangulación de los flujos desde China hacia Estados Unidos”.

El funcionario de la Corfo, Luis Vergara, contó que China está pagando una tasa del 30 por ciento para colocar sus productos en el mercado de Estados Unidos, y tiene una espada de Damocles sobre su cabeza, con la posible aplicación de un impuesto compensatorio del 27,5 por ciento por no liberar su moneda, el yuan. “China podrá valerse de las ventajas del Tratado de Libre Comercio (TLC) que tenemos con Estados Unidos, si trae partes y piezas para añadirles un 50 por ciento de valor con mano de obra nacional, al ensamblarlas en Chile, y así poder ajustar la denominación de origen que permita el acceso al mercado estadounidense”, explica Vergara.

La economía china lleva 20 años creciendo a una tasa promedio del 9,5%, y podrá convertirse en la mayor exportadora del mundo a comienzos de la próxima década.

Pero la palabra clave para que la ZAL sea la realización del dulce sueño chileno es “asociatividad”. Los puertos tendrían que aprender a trabajar como un sistema, las forestales le podrían dar valor agregado a cerca del 80 por ciento de su carga, los transportadores viales estarían dispuestos a ver el ferrocarril como un aliado y la banca comercial y de inversiones se convertiría en soporte para todo tipo de empresas.

La Ruta Interportuaria ya es una fuerte señal del gobierno sobre la viabilidad de potenciar la Región del Biobío como una plataforma logística internacional.

Desde afuera, también se advierten otros indicadores favorables, como la calificación que le dio la fundación alemana Bertelsmann a Chile, de ser el país que más avanza firmemente hacia la economía de mercado. Además, esta semana se confirmó el traslado que están haciendo al país, la Casa Morgan y el Chase, de varias de sus actividades financieras.

La Zona de Actividades Logísticas del Biobío, no obstante, apenas estará tomando una forma real cuando Chile celebre su Bicentenario en el 2010. Para ese momento se espera que estén en funcionamiento los primeros enclaves logísticos que comenzarán a transformar la marisma para caminar hacia el nuevo Hong Kong del Cono Sur. ¿Un sueño imposible?

Características del Biobío
    
El sistema portuario de la Octava Región movilizó 11 millones 500 mil toneladas en el último año, aunque su capacidad es de 17 millones de toneladas. Varios puertos tienen posibilidad de ampliación.
    
Los barcos están transportando cerca de 3.000 TEU (medida para contenedores, de 20 pies cúbicos) y se anuncia que el año entrante saldrá de los astilleros del mundo una primera flota de naves con capacidad de hasta 9.000 TEU. Esto aumenta la demanda de áreas de manejo de carga.
    
Diez empresas nacionales y extranjeras ya se han acercado para conocer el desarrollo de la Zona de Actividades Logísticas, con lo que se percibe un promisorio ambiente de negocios.
    
Las direcciones portuarias, desde Penco a Coronel, ya han tenido aproximaciones, pese a la competencia por la movilización de cargas silvoagropecuarias.
    
La agroindustria de la región genera 1,5 millones de toneladas de carga al año, la industria forestal 800 mil toneladas, el sector acuícola 400 mil toneladas y otras 400 mil las empresas químicas, según la Corfo.
    
Por los puertos de la Octava Región se exportan alrededor de US$3.500 millones anuales, de unas 586 empresas que hacen ventas a 112 destinos internacionales.
    
“No es un negocio inmobiliario”
    
Los propietarios de los terrenos donde se levantará la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) son categóricos al afirmar que no se trata de un negocio inmobiliario, sino de una estrategia de desarrollo regional.

Oscar Manzano, de Asmar, dice: “Hay iniciativas logísticas en Brasil y Argentina, pero la región tiene las características marítimas y portuarias para concretar en esa área de Rocuant-Los Budes el ciclo desde la recepción de bienes hasta la producción y envío a los distintos destinos. No queremos que se entienda como una venta de tierras, sino un plan de desarrollo económico que pueda incluir una proyección turística con una marina y una reserva medioambiental. No podemos hablar de fechas ni de montos de inversión, pero trabajamos en una estrategia para encantar inversionistas y aunar intereses entre los portuarios, para complementarse. La ZAL es una plataforma de comercio exterior que puede servir desde Puerto Montt hasta el centro del país. Por ahora, trabajamos con el Ministerio de Obras Públicas para el cofinanciamiento de la vía de acceso, desde la Ruta Interportuaria hasta los terrenos de la Zona de Actividades Logísticas”.

Por su parte Fernando Carrasco, de IPA, señala: “Este es un aporte estratégico de la empresa privada a la región. Debemos comenzar con una zona de carga y acopio de contenedores, para irnos ampliando hasta 100 hectáreas. El potencial del área es, inclusive, de parque industrial, pero queremos que todo gire en torno a la logística internacional. Por la experiencia de China, aprendimos que estos proyectos deben ser apoyados fuertemente por el gobierno, porque como iniciativa privada no alcanzamos a desarrollarla lo suficiente para tener el éxito que necesitamos. Somos el vértice desde el sureste asiático y Europa, y por Argentina puede haber envíos a San Francisco y Canadá, por ejemplo. No estamos por vender tierras, sino por el desarrollo económico regional”.

Fuente: El Sur