CMPC, Arauco y Masisa han invertido unos US$ 2.500 millones en ese país, que ofrece grandes extensiones de bosques y un enorme mercado interno.

El futuro de las forestales chilenas se escribirá en Brasil. Por dos razones: por tamaño y por las posibilidades que ofrece. "Es el mercado del futuro, porque representa un crecimiento a otra escala. Es el paso lógico", afirma Bernardo Matte, director de CMPC. Asimismo enumera los atractivos del gigante regional: bajos costos de la tierra, enormes extensiones de bosques y un gran mercado interno, de 200 millones de habitantes.

No por nada, CMPC, Arauco y Masisa, en conjunto, han invertido allí unos US$ 2.500 millones. La última ficha la jugó hace unas semanas el grupo Angelini. Arauco, el brazo forestal de Empresas Copec, selló un acuerdo con la brasileña Klabin para adquirir los activos de Vale do Corisco en US$ 473,5 millones. Con ello, los socios accederán a 107 mil hectáreas de bosques en el estado de Paraná, al sur de Brasil. Con esta compra, la base forestal de Arauco en Brasil aumentó en 43%. En forma paralela, la firma está invirtiendo US$ 170 millones para elevar en 15% la capacidad de producción de paneles MDF para la planta que posee en Jaguariaíva, también al sur de Brasil.

Inversiones

A ese país, Arauco ingresó a mediados de esta década. "En plantaciones somos un actor de tamaño medio y en el negocio de tableros, el segundo", dice Charles Kimber, gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales. La operación en Brasil aportó el 12% de las ventas de la empresa en 2010 y representó el 14% de sus activos.

El arribo del grupo Matte, a través de CMPC, es más reciente. Data de 2009, tras pagar US$ 1.400 millones por la planta de celulosa Guaíba a la firma local Aracruz. El año 2012 será clave: la compañía deberá decidir sobre la expansión de la operadora, lo que podría implicar una inversión de US$ 2.000 millones, para funcionar en 2015. "Somos un participante de peso de la industria forestal de Brasil, y en el área de productos tissue y sanitarios estamos invirtiendo para seguir creciendo", explica Gonzalo García, secretario general de CMPC. Hoy, Brasil representa el 13 % de las ventas totales de CMPC, aunque la firma prevé que esa participación subirá considerablemente a futuro.

Pero Masisa llegó antes. En 2000 la firma del Grupo Nueva inició operaciones con la planta de tableros de fibra de madera MDF en Ponta Grossa. Y en 2009 comenzó a operar la planta de tableros MDP (de partícula de densidad media) en Montenegro, en el estado de Rio Grande do Sul. En 2010, el mercado brasileño fue uno de los más dinámicos de la empresa, con un crecimiento superior al 70%. Y en lo que va de 2011 la tendencia se mantiene. A junio, Brasil representó el 25% de sus ingresos totales, más que el 19% que aportó Chile. La participación de mercado de Masisa en ese país está en torno al 10%, sostienen en la firma.

La competencia en tierras brasileñas recién comienza para los tres operadores. Un escenario que hoy es dominado por players de tamaño mundial; los mayores son Fibria (unión de Votorantim y Aracruz), Suzano, Klabin y Cenibra.

"CMPC es una empresa habituada a competir y para ello trabaja en ser más productiva y tener costos bajos", precisa García. Coincide Kimber. "Estamos en un mercado global, lo que requiere tener escala, productos de calidad, estructuras de costo eficientes y habilidad comercial", indica. En Masisa agregan: "La competencia es positiva y en Brasil hay una oportunidad para elevar los estándares y aumentar el consumo", añade Ignacio González, gerente de Marketing y Comunicación Corporativa.

Brasil prioridad para Chile

Hoy Brasil es un destino prioritario para los chilenos. A su alto potencial maderero se suma el tamaño del mercado, que supera en más de 12 veces al chileno. "Quien quiera crecer, tiene que estar en Brasil. Es un país con condiciones naturales y un tamaño de mercado que lo hacen muy atractivo para el negocio forestal. Hay mucho espacio para crecer", asegura Matte.

La superficie cubierta de bosques naturales en Brasil es la segunda mayor del mundo, con casi 480 millones de hectáreas, sólo superada por Rusia
Brasil tiene, además, importantes ventajas competitivas en los mercados internacionales, pues se estima que los costos de producción de la industria forestal son cuatro veces inferiores a los de Suecia y la mitad de los de Estados Unidos. Pese a que el precio del suelo ha subido, Brasil sigue siendo ventajoso frente a sus competidores. Mientras el valor en Chile fluctúa entre los US$ 900 y US$ 1.200 la hectárea, en Argentina va desde los US$ 600 a US$ 1.000 la hectárea. Una realidad similar se observa en Uruguay, mientras que en Brasil los valores están en los US$ 500 la hectárea, dice un ejecutivo.

Hacia el futuro

Las firmas chilenas no quieren quedarse atrás y tienen planes para crecer. "Brasil forma parte fundamental de nuestra estrategia de negocio y crecimiento. Es un mercado muy atractivo por el rápido crecimiento de las plantaciones, como pino y eucalipto, y nuestra intención es seguir aumentando nuestra presencia", adelanta Kimber. La firma de Angelini aspira a ser líder en la fabricación y comercialización de tableros de madera.

CMPC también quiere potenciar su presencia en ese país. "Tener actividades productivas en Brasil es de suma importancia, porque para CMPC significa tener la posibilidad de multiplicar sus actividades", comenta García. Matte agrega: "Nuestra apuesta es ser un actor relevante en Brasil, como plataforma para poder exportar celulosa a otros mercados".

Los planes de desarrollo de Masisa también apuntan a expandirse. "Brasil representa un mercado estratégico para nosotros, es prioritario. Aspiramos a seguir aumentando nuestra participación y liderar los segmentos del mercado", señala González.

Fuente: La Tercera